«Quiero mejorar todo lo mejorable» Me decía mi cliente, en consulta, ¿Qué tengo que hacer? Las pautas que doy en conferencias, consultas, clases y que ahora ya está en el librito-manual «No Imagen, Marca Personal, Salud y Belleza Científica», la voy resumir en tres pasos: 1. Detecta tu criterio estético y corrobóralo… o deséchalo. Cómo: Entrena tu mirada, mira con carácter crítico (y respeto, sin absurdos juicios de valor) apariencias de personas de tu mismo sexo,  que te resulten agradables. El objetivo es  encontrar tus ‘referentes estéticos’, en argot filosófico. Guarda cada imagen con fecha y comentario. Es apasionante repasarlos cada final de año. 2. Desecha las líneas descendentes de tu apariencia. Cómo: Hazte fotografías, muchas. 200 es el número ideal. Que se te vea claramente el cuerpo y las facciones, de cara y de perfil. Selecciona las mejores. Fíjate que en ellas… habrá pocas o ninguna línea descendente en facciones y postura corporal: mira el cabello sobre la frente (si eres calvo, perfecto, no hay ese ‘problema’), los laterales, delante de las orejas; tus hombros; tu verticalidad de perfil… ahora haz lo mismo con tus referentes. 3. Respira profundamente y sonríe (Recomendación de Carmen G. Ribas). tienes mucho que agradecer. Además, los buenos profesionales estamos satisfechos de cómo llevamos las cosas, y se nos nota. Yo ya sabía que al sonreír,  el cerebro enviaba química energética y rejuvenecedora al organismo. Mi último descubrimiento es que lo hace incluso si subes las comisuras de los labios al  poner un lápiz entre los dientes! Básicamente el mensaje es de éxito: has vencido a la ley de la gravedad. A vuestra disposición para aclarar cualquier duda sobre el proceso.